La tasa de inflación europea subió en septiembre un escalón más y se situó en el 2,2%, dos décimas por encima del límite de precios asignado al BCE. Este repunte, propiciado por el encarecimiento de la energía y los alimentos, reduce las posibilidades de un recorte de tipos. El banco emisor insistió en su último informe en que el precio del dinero es el idóneo para incentivar el crecimiento.
El dato dificulta la capacidad de maniobra del Banco Central Europeo (BCE) para recortar los tipos de interés, situados en el 3,25%, y concede veracidad a la política de esperar y ver impuesta por la autoridad monetaria europea, que en su último informe quincenal mantuvo que el precio del dinero está en “un nivel idóneo” para estimular el crecimiento de los doce socios monetarios.
Fuente: Expansión